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El desafío permanente de pensar sobre lo que pensamos

Jueves 25 de Abril de 2019
Los responsables técnicos y deportivos de la institución junto a los atletas del club tuvieron la chance de disfrutar de una exposición llevada a cabo por el biólogo especializado en neurociencia Fabricio Ballarini, que ponderó el lugar del cerebro como motor fundamental del ser humano, al igual que la sinergia que puede desarrollarse entre la ciencia y el deporte como conceptos interdisciplinarios.   
El desafío permanente de pensar sobre lo que pensamos
Fabricio Ballarini es biólogo y además, egresado de la Universidad de Buenos Aires. Tiene un doctorado y un posdoctorado en el Laboratorio de Memoria de la Facultad de Medicina de la UBA y desarrolló una estrategia neuroeducativa con miles de estudiantes de todos los niveles, que logró mejorar la memoria de los alumnos a partir de una breve experiencia novedosa. Pero principalmente y más allá de que otras de sus ocupaciones estén relacionadas con la divulgación científica, los medios de comunicación y la publicación escrita en distintos ámbitos, Ballarini es hincha de Racing. Es fana de Racing. Y se le nota. "He dado muchas charlas en distintos lugares. Pero soy híper fanático de este club, por lo que esto significa una doble felicidad para mí". Más allá del juego de palabras, el joven científico demostró ante los presentes en la sala de conferencias del estadio que es un académico con todas las letras. 

Una nueva jornada de capacitación orientada a todos los profesionales y deportistas de la institución, organizada desde el Departamento de Comunicación y Prensa del club, contó con gran disparador presentado por el Doctor y que originó un rico intercambio de conceptos junto a un debate entre todos los presentes. "¿Qué le puede aportar la ciencia al deporte?", se preguntó a sí mismo y a todos los presentes. A partir de ese punto comenzó un vertiginoso camino que se paseó por conceptos poco conocidos, pero realmente importantes, como el funcionamiento básico del cerebro y su actividad, el intercambio de ideas a nivel neuronal y la preponderancia de la corteza motora como la madre de la cooridnación de movimientos a nivel humano; no sólo para el deporte, sino para la vida misma.

Y para demostrar que la charla no solamente podía desarrollarse bajo un halo de riguridad científica, Ballarini también se encargó de poner por tierra desde un lugar de estudio varios neuromitos generados en base a la conciencia y el imaginario popular. "Somos muy limitados a la hora de concentrarnos y de tomar decisiones. Nuestro cerebro puede desarrollar una multiplicidad de tareas a la vez, pero esto al mismo tiempo hace que se le preste una atención limitada a cada una de ellas. Sólo podemos prestarle nuestra atención plena a una sola acción por vez", afirmó el científico para generar sorpresa pero al mismo tiempo, una aceptación unánime en el recinto.  

En cuanto a la relación profunda que en la actualidad se le intenta otorgar a la ciencia orientada hacia la actividad deportiva, de cara al estudio pormenorizado de una actividad que le brinde a los atletas de alto rendimiento más herramientas para extender el desarrollo de sus límites físicos y mentales, el orador fue tajante en su afirmación. "No hay una unión entre los clubes y la comunidad científica para estudiar los fenómenos relacionados con la neurociencia, aplicada en este caso al fútbol. Pero creo que es un espacio que se puede y se debe explorar. Sería algo beneficioso para todos los ámbitos", afirmó el científico.

Al principio de la charla, mientras Ballarini mencionaba el funcionamiento neuronal, destacó una analogía bastante gráfica. "Las neuronas son como botones que se activan en nuestro cerebro. El que determina como se mueve la mano es uno, el que determina que contestarle a tu abuela es otro, el que te explica a su vez quien es tu abuela es otro...y así sucesivamente. Por eso se calcula que en nuestro cerebro hay unos 10 mil millones de neuronas", dijo al principio de su exposición. Curiosamente, cerca del final de la charla, el orador interrumpió de manera súbita sus palabras y miró su teléfono antes de reír. Había recibido una llamada. "Que casualidad...me acaba de llamar mi abuela. La llamaré en cuanto terminé con todos ustedes", les confió a todos los presentes con una sonrisa, que sólo se acrecentó más en su rostro cuando el club le entregó su camiseta oficial tras el cierre de la exposición.

Más allá del seguro capital del conocimiento recibido por los asistentes, una cosa es probable: a partir de esta experiencia quizás muchos comenzarán a pensar en como piensan y en lo que piensan de otra manera. Y eso ya es mucho. Significa entender las cosas desde otro lugar.         

Fotos: Paola Lara.

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